ENSEÑANZAS S0BRE EL KESA
por Taisen Deshimaru



La verdadera Vía. El verdadero kesa

"Todos los budas, todos los patriarcas, cuando obtienen la verdadera Vía, siempre, inequívocamente, visten el kesa. Comprenderéis, por tanto, que los méritos del kesa sean los más respetados, los más elevados ".

"¿Qué religión, qué escuela ha transmitido el verdadero kesa del Buda Shakyamuni? Sólo los monjes Zen han podido reencontrar el verdadero kesa. De modo que, cuando se tiene delante, se le debe respetar y venerar. Incluso si abandonamos nuestra vida infinita, inconmensurable como el número de granos de arena del Ganges, o si incluso abandonamos nuestro cuerpo, debemos hacer una señal de veneración, proteger el kesa, ponerlo sobre nuestra cabeza y respetarlo desde lo más íntimo de nuestra alma".

Dōgen escribió en una ocasión: "Zazén, en sí mismo, es Buda". Sin embargo, a veces es muy humilde y también escribe: "Estoy muy lejos de la tierra del Buda, del espíritu del Buda". Pero incluso viviendo en un país alejado del de Buda, el Buda no rechaza a nadie y nada impide que nosotros podamos reencontrar el verdadero dharma, el Shōbogenzō. Cada día hay que hacer zazén, celebrar las ceremonias, proteger el kesa. Cada mañana hay que ponérselo sobre la cabeza y venerarlo. Este mérito es grande y aporta felicidad. También debemos tener una profunda gratitud con este tipo de actitud. Por primera vez en Europa he introducido los méritos del kesa. Esto es aún más importante que Dōgen lo llevara de China a Japón ya que, en aquella época, muchos monjes ya llevaban el kesa. Dōgen respetaba verdaderamente, profundamente, el kesa.

Antes de que yo en Europa, nadie ha hablado del kesa. Me acuerdo de que cuando llegué a Francia, me preguntaban siempre: "¿Qué es esto? ¿Una bolsa de mendigo?". "No, no es un saco, no se puede poner nada dentro". En la historia religiosa, esta introducción del kesa en Europa es un gran acontecimiento.


"Antes que yo en Europa, nadie ha hablado del Kesa",
Taisen Deshimaru


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Comprender la importancia del kesa

En el transcurso de la historia del budismo, tanto del Hinayana como del Mahayana, todos los maestros, todos los grandes monjes, terminaron por abandonar su cometido para dedicarse a dar conferencias, y escribir y traducir sutras. Pero actuar así no es la actitud más elevada. Al final, sin embargo, se pusieron a estudiar el auténtico kesa transmitido y abandonaron sus antiguos kesas erróneos para vestirse con el verdadero Dharma, lo único importante.

A menudo, a los europeos les es muy difícil comprender el kesa. ¿Porque el kesa? ¿Es un formalismo? El maestro Dōgen explica en Kesa Kudoku (1) por qué kesa y zazén son la verdadera religión. Sin kesa, zazén no es un camino de vida espiritual. Es sólo un método de salud, como el yoga.

Las personas de pocas convicciones no creen necesario el kesa. Pero para los que buscan la Vía, los que tienen aspiraciones más elevadas y la Vía, el kesa tiene un gran valor. Llevando el kesa y haciendo zazén se puede obtener inconscientemente, naturalmente, automáticamente, un gran mérito, la verdadera Vía.

Kesa, en sánscrito kāsayā, significa color indefinido. No se trata de un color claro, ni ninguno de los tres colores primordiales: rojo, amarillo o azul. Es un color oscurecido, mezclado, del que no se pueden medir unos límites.

Kāsayā: color ilimitado. Musō fuku den e: el vestido ilimitado.

La forma del kesa también es ilimitada. Se pueden coser kesas de cinco, siete, nueve, trece, quince y más bandas. Yo tengo uno de veinticinco bandas, y es posible coser de más de cien bandas. Forma, cantidad, calidad, color del kesa, son infinitos. Su color existe, pero es infinito. El aspecto del kesa existe, pero a la vez no existe.

El nombre del Buda Amida (2) significa "vida infinita", así es la traducción de su kanji. Pero la verdadera significación es la de hishiryo, más allá del pensamiento, de los límites, de las medidas. Namu Amida (3): Namu significa creer, creer en hishiryo. Creer en zazén o en Amida es la misma fe.

Musō, no medible; Amida, hishiryo, imposible de medir, infinito y eterno: Buda Amida, buda de la vida eterna.

Fuku den e: fuku, fortuna, suerte; den, campo; y, hábito. Los campos proveen de arroz, la hierba nutre las vacas. Es infinito. El alimento llega siempre. Si vestís o coséis el kesa os llegarán grandes méritos.


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Kesa. Zazén

El vestido del Buda es el kesa, el Dharma del Buda, zazén, y ambos son unidad. E, kesa; ho, Dharma. Debemos hacer zazén vistiendo el kesa. Así es el verdadero zazén perfecto.

"Sólo los verdaderos patriarcas de la transmisión, los verdaderos maestros pueden legar este kesa".

Los otros no lo conocen y no lo comprenden. Las personas que comprenden el Zen por los libros, o los que hacen Zazén de mañana hasta la noche, si no visten el verdadero kesa, no son auténticos. Dōgen lo escribió muy exactamente. Y yo repito siempre: "kesa, kesa ..."

Los que llevan el kesa, especialmente los que lo cosen, son personas verdaderamente puras, verdaderos discípulos. Estar concentrado en el kesa, en el zazén y en las respectivas responsabilidades de ayuda al maestro, éste es el verdadero dharma, el Shōbogenzō.

Cuando Kodo Sawaki (4) hablaba del Shōbogenzō (5), comenzaba siempre por el capítulo del Kesa Kudoku, que él consideraba más importante que el Genjo Koan o el Bendowa.



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Los méritos del kesa

Nagyaharajuna (6) fue el más gran maestro de la historia del budismo, y uno de los inspiradores del budismo Mahayana, pero al final de su vida quemó todos sus libros y todo lo que había estudiado a través de los sutras, y se consagró únicamente al estudio del kesa. Dōgen también se concentró en el kesa.

El estudio del kesa es, pues, muy importante. Coser y practicar con las manos se hace más profundo que hablar.

En la vida, la satisfacción por los méritos sociales hace crecer los deseos. Pero por lo que se refiere al kesa, no es en absoluto lo mismo. No es una ropa que vaya a la moda. Cuando uno se pone un vestido bonito tiene ganas de salir a la calle a lucirlo. Y aunque la belleza de esta persona no tenga nada de particular, esto se deja de lado y se hay ganas de exhibirse. Pero en el dojo hay que vestirse con un hábito negro y no con un vestido rojo o de color extravagante. Es la historia del gran campo de la plenitud. Un pequeño grano que se adentra en un campo y que hace aparecer miles de caminos. Los méritos del kesa son mil veces más importantes que una ropa de moda que sólo hace crecer los deseos. Si os vestís con el kesa o el rakusu, inconscientemente, naturalmente, automáticamente, los deseos y el mal karma disminuyen. Hacer esto propicia un retorno a la condición normal y cercena el karma.

Todo el mundo puede vestir el kesa, no está reservado únicamente a los monjes. Incluso lo puede llevar un laico o el practicante de otra religión que no haya recibido la ordenación budista. Hay diferentes tipos de kesa. El monje Zen debe tener tres: uno de cinco bandas, uno de siete y otro de nueve bandas. Pero como en la actualidad llevar el gran kesa es difícil, hay también el pequeño kesa, el rakusu, que goza de los mismos méritos.

Llevando el kesa podéis reflejar y ver vuestra propia imagen. Sus formas se convierten en justas. En el dojo, yo observo a menudo el comportamiento de los que llevan un gran kesa. Se manifiestan mejor que los demás. Incluso aquellos que llevan rakusu. Algunos monjes debutantes no tienen en absoluto bellas maneras, pero el hecho de vestir cada mañana el gran kesa transforma su comportamiento. Su postura en Zazén se vuelve más firme.

Cuando se viste el gran kesa, la dignidad, la belleza, se manifiestan. Que haga frío o calor, el espíritu de la Vía, de la Bodhi, deviene más fuerte. No es ningún formalismo, sino que tiene un sentido bien profundo. Llevando o cosiendo el kesa aparecen méritos infinitos y cambia el karma. Esta filosofía es aún más profunda que la del mantra del Hannya Shingyō (7).


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"Si deseáis firmemente seguir las trazas de los viejos budas, tenéis que alegraros profundamente de tener a vuestro alcance el verdadero kesa y la transmisión. Incluso después de cien millones de años, y aún mucho más tiempo allá, en el futuro, este verdadero kesa quedará auténticamente transmitido. Este es el verdadero Dharma de Buda. Entonces, unos méritos infinitos se manifestarán sin falta ".

Seguir, caminar sobre las huellas del Buda significa buscar la Vía con actitud mushotoku, sin beneficio. Este es el secreto del budismo. La naturaleza del Buda es mushotoku, sin intención, sin provecho.

En los negocios, en la vida social, a veces es necesario obtener un beneficio. Pero en el Zen, el espíritu debe mantenerse mushotoku. Cuando se viste el kesa, en ese mismo instante, el espíritu se convierte mushotoku, inconscientemente, naturalmente, automáticamente. Y los méritos que se derivan se perpetúan en el futuro, eternamente.

"Cuando se mezcla agua a la leche hay una diferencia. Los dos componentes no son idénticos. Pero si se trata de una mezcla de leche con agua, es mejor beber eso que sólo agua. Cierto que esa leche no es consistente, pero es mejor que sólo agua. No obstante, si se quiere beber este tipo de leche, en lugar de aquella no utilicéis ni laca ni sake ".

Esta larga frase de Dōgen es una metáfora muy interesante. La leche representa la verdadera transmisión. Por ejemplo, cosiendo el kesa, si has cometido un pequeño error, un punto del través, si has comprendido el verdadero método de tenerlo, cortarlo o coserlo, no es algo grave.

Si un discípulo ha sido educado por un verdadero maestro de la transmisión, cuando incluso se equivoca un poco, es mejor que otras personas. Dōgen dice:

"El verdadero maestro que transmite el verdadero kesa es el sucesor auténtico que ha recibido directamente el verdadero kesa transmitido. No se le puede comparar con otros maestros, o de otras sectas religiosas. Incluso si comete un error, si tiene el verdadero kesa, es completamente un maestro auténtico. El kesa es el que decide finalmente la autenticidad del maestro ".

Ciertamente, si se ha recibido el kesa de otro maestro, incluso erróneo, ciertamente aparecerá un mérito muy profundo. Sin embargo, no puede ser comparado con el que es transmitido por un verdadero maestro de la transmisión. El kesa de la transmisión, desde el Buda Shakyamuni y todos los patriarcas, aporta un mérito universal inmenso.

Los verdaderos discípulos del Buda deben vestir el verdadero kesa, y si no lo hacen no son verdaderos discípulos. Algunos pretenden que "el kesa no es demasiado importante, es complicado de llevar, en absoluto práctico", y que "sólo con zazén basta ... no tengo necesidad de llevarlo". Ciertamente, se puede hacer zazén sin llevar el kesa, pero si deseáis convertiros en mi verdadero discípulo, es necesario tener un verdadero kesa.

Dōgen no empleaba la palabra "satori" sino el kanji sho. To ku sho: llegar al lugar que no puede ser expresado con el lenguaje, por la boca. Esta es la esencia del satori. Es mushotoku, lo que no puede ser atrapado. No vale la pena desear el satori. Inconscientemente, naturalmente, automáticamente, se puede obtener. Hacer zazén vestir el kesa, esto es el satori.




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La transmisión del kesa

Los méritos del kesa están contenidos en el texto del Kesa Kudoku del maestro Dōgen, aunque el Shōbogenzō contiene dos capítulos dedicados al kesa: Kesa Kudoku, "Los méritos del Kesa", y Den'e, "La Transmisión del Kesa". Ambos vienen a decir casi lo mismo, ya que sólo varían en algunas palabras.

"De buda a buda, de patriarca a patriarca, se ha perpetuado la auténtica transmisión del Dharma. En China, la verdadera transmisión proviene únicamente de Bodhidharma, que vivió en el Monte Suzan (8) ".

Sólo Bodhidharma aportó la transmisión de la India a China mediante el kesa, el verdadero hábito. Muchos monjes transportaron en esta ruta estatuas, sutras, libros ... pero sólo Bodhidharma transmitió el kesa.

Los sutras explican que el Buda Shakyamuni dio a Mahakashyapa su primer verdadero kesa, y que este kesa fue transmitido hasta Bodhidharma. ¿Es esto cierto históricamente? Poco importa. Sea como sea, Bodhidharma fue el vigésimo octavo patriarca después de Shakyamuni.

"De maestro auténtico a discípulo auténtico, de maestro a maestro, de patriarca a patriarca, Bodhidharma fue el vigésimo octavo sucesor. Fue a China y se convirtió en el primer patriarca de la transmisión. Luego, en China, la transmisión se efectuó durante cinco generaciones hasta Eno, Daikan Eno (9), que fue el sexto patriarca chino y el treinta y tres de toda la genealogía ".

Eno fue al Monte Obai, que dirigía el maestro Konin (10). Vivían numerosos monjes. Eno no recibió la ordenación, sino que se convirtió en cocinero. Resultó que el maestro Konin quería dar la transmisión (11) y pidió a sus discípulos que escribieran unos versos. Jinshu (12), el discípulo más avanzado y más inteligente de todos, escribió:

El cuerpo es el árbol de la Bodhi.
El espíritu es un reluciente espejo.
Hay que quitar el polvo sin cesar
para no dejar que se deposite el polvo en él.

Jinshu lo escribió en la entrada del dojo. Era el mejor de todos los poemas. Eno, que no sabía leer ni escribir, volvió a la cocina y le pidió a un amigo que se lo leyera. Eno no se mostró en absoluto impresionado, sino que dijo: "Esto es erróneo, no es el verdadero Zen. Nunca el maestro ha enseñado nada así. Escribe esto ":

No hay árbol de la Bodhi
ni tampoco espejo reluciente,
todo es fundamentalmente ku.
¿Dónde se depositará el polvo, entonces?

El maestro Konin quedó sorprendido al ver estos versos, y pensó: "Verdaderamente, sólo Eno ha comprendido mi Zen". El maestro fue entonces a la cocina donde Eno aprestaba apilando y blanqueando el arroz. "¿Has terminado tu trabajo?". "El arroz está completamente blanco y no queda más que repasarlo", respondió Eno.

Entonces, el maestro Konin golpeó la piedra donde se apilaba el arroz, indicando así que Eno tenía que ir en secreto a su cuarto. Y a medianoche, le dio su kesa y sus cuencos. "Lo has comprendido perfectamente. Te doy el siho, tú eres mi discípulo y tú debes continuar la transmisión. Pero tienes que huir ya que, desde que se ha conocido la novedad, seguramente tienes enemigos".

Se fueron juntos. El maestro Konin le recomendó a Eno que fuera hacia el país del sur (13), y lo acompañó hasta el barco antes de retirarse él en las montañas. Eno atravesó el río y vivió en un pueblo de pescadores.

Se cuentan muchas historias sobre esta fuga. Hubo un mondo (14) muy célebre con un general que le perseguía a caballo, Eno depositó su kesa y sus cuencos sobre una roca y el general no lo pudo tomar porque pesaban mucho. Eno vivió escondido durante algunos años, y posteriormente recibió la ordenación en el templo de Horin-ji, el Monte Sokei (15). Eno, pues, recibió el siho antes que la ordenación. Después vivió en aquel templo del Monte Sokei.

Dōgen, en el Shōbogenzō, sigue así:

"A medianoche, Eno recibió la transmisión de este kesa del Dharma que él guardó a lo largo de toda su vida. Hasta nuestros días, este kesa ha estado en el templo de Horin-ji, del Monte Sokei, donde fue puesto sobre una estela y venerado. Después, una o dos veces al año, varios emperadores chinos pidieron llevar el kesa en su palacio. Se celebraba una gran ceremonia y hacían sampai ante el kesa. Lo veneraban como un tesoro nacional. Los emperadores Chuso, Shukuso y Daishu (16) le respetaron particularmente. Cuando transportaban el kesa a palacio, o a la inversa, enviaban un mensajero especial, y ese día, día santo, tenía lugar una gran ceremonia. Un día el emperador Daishu anunció a todo el país: "Voy a enviar un gran general, Ryusakey, al templo, y de este kesa hago un tesoro nacional. Que en este templo lo pongan ceremoniosamente sobre una estela y que numerosos y verdaderos monjes Zen lo guarden solemnemente y protejan con gran cuidado ".


Huineng, el sexto patriarca chino

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¿Cuál es el objeto de fe en el Zen? ¿La estatua de Buda? No. Nosotros debemos creer en zazén. Zazén, en sí mismo, es objeto de fe.

Hay que creer en el infinito, en el cosmos. Pero es difícil. En cambio, el kesa, como objeto de fe, es muy práctico. El kesa es el vestido infinito, el mejor, el más noble, el más respetable, el más hermoso.

Dōgen escribió: "Este vestido es ilimitado". Pero lo esencial no es aferrarse a nada. Entonces, sin apegos, el peor de los vestidos se convierte en el más elevado. Cuando se le viste, los peores bonnō (17), nuestro peor karma, desaparecen mediante Zazén y ocurre el Buda más grande, el espíritu más elevado.

En el Shōbogenzō, Dōgen escribió:

"Allá donde se ha extendido la influencia de la enseñanza de Buda, en los tres mil mundos, por todas partes, existe el kesa. Y este kesa es transmitido de buda a buda mediante menju ".

Menju significa cara a cara. Enseñar directamente cara a cara.

Comprender el Zen a través de los discursos o por los libros no es en absoluto eficaz. Menju es necesario. El maestro observa el discípulo de pies a cabeza. Es menju. Durante kin hin se practica también menju. Yo no os observo únicamente para corregir vuestra postura, sino también para percibir qué os ha pasado hoy. Siguiendo el aspecto de vuestro rostro comprendo vuestro espíritu. Inmediatamente yo podría dar el siho. Sin menju, el verdadero Zen no existe.

Durante la ceremonia de ordenación, mediante menju yo doy el kesa o el rakusu. Sólo por menju, la transmisión se cumple de buda a buda.

Asimismo, Dōgen también escribió:

"Incluso los que han recibido la enseñanza sin el verdadero kesa transmitido, el genuino Dharma del Tathāgata nunca está desprovisto de mérito, por lo que por miles o, mejor dicho, por miríadas de millones de años, sus beneficios serán grandes y extensos.

Sin embargo, el verdadero kesa transmitido no puede ser comparado con el que no ha sido legado directamente, íntimamente.

Por lo tanto, si tanto la gente común como la de rango elevado lo son por el hecho de recibir y proteger o no el kesa, es necesario que les sea pasada la genuina transmisión, la que los budas y los patriarcas transmitieron ".


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Los poderes del kesa

Durante dos mil quinientos años, desde la época de Buda, todos han llevado el kesa y lo han protegido.

"Incluso los que están rasurados, si no visten el verdadero kesa no son verdaderos monjes, ya que no creen en la necesidad de preservar el kesa. No saben nada del kesa. Es muy lamentable. Pero si comprendéis la forma, el color, la cantidad y la calidad del kesa, si conocéis el kesa, y si lo lleváis, os llegarán méritos infinitos ".

Tenéis que creer en zazén, tener fe en vuestro propio zazén. Pero vuestros problemas personales os inducen al error. El kesa es zazén y al revés. No hay dualidad. Si hacéis zazén y creéis en el kesa, podréis convertiros en libres y dichosos.

El kesa no es algo misterios. La fe es importante.

"Desde tiempos antiguos, el kesa ha sido denominado "la ropa del desapego". Cuando una persona viste el kesa, los sufrimientos surgidos de los bonnō, del karma, desaparecen ".

Vistiendo el kesa se puede acabar con los sufrimientos surgidos de los bonnō y del karma. El karma comienza desde mu myo, que significa también “no-claro”, “oscuro”. Similar a como se manifiesta un embarazo, en que durante nueve meses la evolución genética sigue su curso desde la animalidad hasta el bebé humano. El bebé no puede vivir solo, sus padres le son necesarios. Tiene necesidad de un periodo de educación y, progresivamente, con la búsqueda de alimento en el pecho de la madre, se desarrolla la conciencia personal. Toma el pecho izquierdo o derecho. Y si le es retirado, se enoja. Nace el egoísmo. Más tarde, el niño toma conciencia de las cosas materiales, del dinero. Se forma el hipotálamo y aparece la verdadera conciencia personal, se crea el karma. Existe, ciertamente una influencia hereditaria, del entorno, pero todo se desarrolla a partir de la animalidad de cada individuo. Muy jóvenes, los niños sienten el deseo sexual. Algunos empiezan a los seis o a los once años. Después, el cerebro frontal se desarrolla. El saber se intelectualiza durante la formación de la conciencia personal. Se interesa por los beneficios, los negocios, las ciencias, el arte, la fisiología, la filosofía. Pero las personas inteligentes despiertan en la búsqueda de la Vía. Aparece el espíritu universal, el verdadero sentido espiritual.

Pero la mayor parte de las religiones son erróneas. Extáticas, misteriosas, en la búsqueda de un satori, pero de ninguna manera mushotoku. No se dirigen más que a la autosatisfacción. Entonces no es posible encontrar la verdadera sabiduría Hannya. Muy pocas personas de este planeta practican zazén y despiertan mediante la conciencia hishiryo y el espíritu mushotoku. La verdadera conciencia cósmica se manifiesta inconscientemente, naturalmente, automáticamente por el poder del kesa.


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Un único hilo de kesa

"Si un dragón obtiene un hilo de un kesa puede recibir ayuda e, incluso, librarse del garuda (18). Si una vaca toca un pequeño fragmento de kesa, todos sus pecados desaparecerán y en la próxima vida podrá renacer bajo la forma de ser humano ".

El dragón está considerado como el rey de los animales. Nada le atemoriza, sólo el garuda, pero sólo que obtenga un único hilo de kesa se puede librar de él. El garuda es un inmenso pájaro que, cuando baja del cielo, oscurece el océano con su sombra, y quiere comerse al dragón gracias a un pico capaz de hundirse hasta lo más profundo de las aguas. El dragón, que le tiene un gran miedo, pidió una vez ayuda al Buda para toda la familia de dragones. El Buda le dio entonces un kesa y el rey de los dragones respondió: "nuestra familia la integran muchos dragones, y un solo kesa no es suficiente". "Este kesa es un kesa infinito -respondió el Buda-. Incluso os protegería un único hilo dado a cada uno de vosotros".

Son metáforas. En la época moderna yo escribiría: "si tenéis un kesa o un rakusu, podéis cortar vuestros bonnō, vuestro karma, y ser preservados de cualquier accidente". Por ejemplo: en coche, en avión, en cualquier parte, si creéis en el kesa, estáis protegidos. Yo he tenido muchas veces esa experiencia.

Cuando fui a la guerra en un barco en dirección a Indonesia, durante cincuenta días navegué en una nave cargada de dinamita. Kodo Sawaki me había dado su rakusu, que yo todavía tengo. De cincuenta barcos, cuarenta y nueve fueron hundidos, sólo llegó mi nave. Muchos de mis amigos murieron en ese viaje, y sólo yo volví a Japón sano y salvo. Yo creo profundamente en el rakusu. Otra vez, mi barco se hundió cerca de una isla. Pero yo me había puesto mi rakusu debajo de la camisa. Esto me ayudó completamente, protegido. Cuando los monjes viajan deben llevar siempre tres kesas, es un precepto.


Kodo Sawaki

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Creer en la esencia del maestro

Los sutras dicen: "Yo no soy perfecto ni completo. No es posible ser perfecto. El discípulo debe creer en la esencia del maestro, en aquel que busca". El Buda Shakyamuni, dando el siho a Mahakashyapa, le pidió creer en el kesa. Uno se muere, pero la enseñanza se transmite. El kesa existe, no es como una estatua del Buda. Nunca el Buda Shakyamuni pidió respetar su imagen, aunque si hacéis sampai ante su estatua, raihai, tiene una profunda significación. En realidad, durante la ceremonia, yo no me prosterno por la estatua, sino que hago sampai por todos los budas vivientes que están dentro de este dojo y que acaban de finalizar zazén. Haciendo raihai, todos, discípulos y maestro, nuestro propio Yo y el del otro, se armonizan y se convierten en unidad.

El kesa en sí no es material. Es el símbolo de la Vía, de la verdad cósmica. Pero cada uno es diferente, el cerebro de cada uno es diverso. Yo pienso que la verdad que vosotros buscáis no es la misma en cada persona.

El verdadero maestro, la verdadera enseñanza, son necesarios. Si vosotros os convertís en mis discípulos, debéis comprender el satori que no puede ser expresado por el lenguaje. No se trata sólo de comprender sino de realizar, de practicar la Vía en la vida cotidiana.

¡En la época moderna no se practica a menudo más que por la boca! Debéis actuar según la verdadera enseñanza que no puede ser expresada por el lenguaje. Esto es el satori. Practicar lo invisible, lo que es imposible de explicar en palabras. Es zazén, el significado del kesa. A través de zazén, a través del kesa.


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Seguir la verdadera enseñanza

"El verdadero Zen del Buda comenzó en la India. Todos los antiguos maestros y patriarcas, todos, dejaron atrás sus propias opiniones, su visión limitada por los prejuicios sociales o un sentir general, y siguieron la verdadera enseñanza transmitida".

Yo he recibido el maravilloso método transmitido del kesa de mi maestro Kodo Sawaki. Seguramente que para cortar y coserlo yo no soy muy hábil, pero he enseñado exactamente el método auténtico. Es algo extraño... no conozco el francés, pero he transmitido completamente el verdadero Zen. Así es el Zen: seguir exactamente, sin ninguna duda. Los que tienen dudas creadas por un fuerte Yo se equivocan. Quieren decorar, cambiar la forma tradicional de poner la ligadura, o piensan que esta enseñanza es errónea o caduca y que hay que corregirla. Un verdadero rakusu no lleva anillas.

No hay que cambiar ni la forma, ni el color, ni la manera tradicional de coser el kesa. Si deseáis coser el kesa, seguid la enseñanza del verdadero maestro de manera precisa. Explicándolo sólo verbalmente podría haber errores, pero yo os he pasado el verdadero libro transmitido. El mundo del Buda no es limitado, sino infinito.

"La enseñanza del budismo Hinayana y Mahayana y sus prácticas son a menudo imposibles de comprender por el buen sentido social. En China, algunas sectas búdicas no siguieron el verdadero kesa indio transmitido, lo cambiaron según su propia opinión y crearon así un nuevo estilo. Pensaron: este kesa es verdadero y más práctico que el kesa transmitido ".

Es un error. Cambiar las ligaduras o hacer decoraciones con la ayuda de anillos no es la manera justa. Dōgen era muy estricto en lo que se refiere a las reglas del kesa. Si deseáis estudiar el Zen y practicar, proteged el verdadero kesa transmitido, no hay que deformarlo siguiendo la moda actual.

¿Qué es el verdadero kesa transmitido?

"De Bodhidharma a Eno, de patriarca a patriarca, fue transmitido exactamente de maestro a discípulo, sin interrupción, incluso durante el espacio de una generación; el verdadero kesa fue transmitido con el siho. Es el hilo del Zen. No es un simple vestido. El kesa en sí mismo es zazén y al revés. Zazén y kesa están en unidad. Los kesas que siguieron la nueva moda en la época de Tao-Hsian (19) no son el verdadero kesa transmitido, incluidos los confeccionados con un anillo".

En China, según las sectas, el kesa cambió. La secta Ritsu no hizo más que seguir los preceptos fundados por Dosen, en la dinastía Tang. Esta enseñanza fue transmitida a Japón por el maestro Ganjin (20) en el año 754. Ganjin era ciego ... y el kesa que él vestía no era el verdadero. Esta secta transformó el verdadero kesa. Dōgen lo criticó. También el kesa de los monjes japoneses se ha complicado desde que Ritsu cometió aquellos errores. En Japón, el Shingon sigue este tipo de kesa. Pero los verdaderos monjes lo abandonaron para seguir el verdadero kesa transmitido desde Buda.


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El kesa original

"Transmitido de buda a buda, de patriarca a patriarca, sus méritos aparecerán sin duda. Este kesa transmitido sigue exactamente hoy. Incluso si el kesa del Buda, dado a Mahakashyapa y luego a Ananda, hoy no existe materialmente, los discípulos de Ananda los hicieron idénticos y respetaron el color, forma y calidad con exactitud".

Hasta Eno, el kesa del Buda fue transmitido directamente pasando por Bodhidharma y el maestro Daiman Konin (21). Fue guardado e incluso protegido por los emperadores. Pero poco a poco se fue deshilachando, cayendo a pedazos, y finalmente desapareció hecho polvo. Cuando yo fui a Eihei-ji, vi una caja que llevaba escrito Fuyo do kan: contenía el kesa que el maestro Nyojō transmitió al maestro Dōgen y que llevó a Japón. En el interior, sin embargo, no había más que algunos rastros de aquel kesa. No estaba vacío, pero estaba totalmente reducido a añicos. Después de novecientos años, el kesa original había desaparecido completamente. Pero otra caja contenía kesas idénticos, hechos según la transmisión. Esto ocurre incluso en las células de nuestro cuerpo. Cambian sin parar. Cada año nuestro cuerpo se transforma. Sus células originales no son las mismas, y cada año se convierten en distintas. Mientras tanto, nuestro Yo existe y cambia todo el tiempo.


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El kesa, hábito de eternidad

Dōgen escribió:

"El verdadero kesa de la transmisión existe aquí y ahora, y todos juntos lo preservamos. El kesa de Buda y de Bodhidharma es transmitido durante el siho y se le protege de manera exacta. Este es el verdadero maestro. Si se quiere hacer un kesa, se deben seguir las verdaderas reglas de la transmisión, por el color, el tamaño, la calidad. Tenemos que seguir el método transmitido por todos los maestros, los sabios, los bodhisattvas, los dioses, y los dioses dragones ".

Después Dōgen escribió una frase muy célebre que yo caligrafiado a menudo en el dorso de los rakusus:

"Hemos nacido durante la misión del presente dharma. Y también tenemos la ocasión de cubrir nuestro cuerpo con este auténtico kesa. Incluso si lo llevamos ni que sea únicamente por un momento, o tan sólo lo tocamos, aparecen grandes méritos o nacerán en un futuro. También este auténtico kesa de la transmisión es un amuleto, un talismán absoluto en sí mismo. Es el más gran satori, el más elevado de todos”.

En Japón hay muchos tipos de amuletos o talismanes: pequeñas estatuas de Buda, sobres que se venden en los templos conteniendo un mantra... las personas se protegen con la ayuda de estos talismanes, llevándolos encima, en una bolsita, o colgando de retrovisor del coche. Pero como dice Dōgen, el kesa es el más grande, el infinito, el absoluto talismán para proteger el cuerpo y el espíritu. Es el hábito de la eternidad.




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Kesa y sabiduría heredada del pasado

He aquí una frase de Dōgen de forma muy antigua:

"Del mismo modo que se tiñe un vestido, la tinta de una frase o de un poema sobre el Zen se convierte semilla de iluminación eterna (mugeko) para el cuerpo y para el espíritu". (22)

Estas palabras sobre el Zen hacen referencia a una gran sabiduría, al mayor satori, a la verdad más elevada. Incluso, cuando alcanzamos un dharma o una buena acción, se transforma entonces en una semilla de iluminación eterna y se convierte finalmente en la más alta verdad, el satori más elevado.

"El espíritu y la conciencia aparecen y desaparecen en un instante. Es musho ju, no estancarse, no retrasarse. Pero, por supuesto, los méritos de nuestra práctica son grandes raíces que suben, y los méritos aparecerán".

El kesa no es ni un método, ni una técnica, ni un útil. No es un medio, ni una ausencia de medio, ni ninguna cosa que exista o que viva, ni algo que no exista ni que no viva.

En la época de Dōgen, en China o en Japón se podía vestir el kesa. En Europa, sólo mis discípulos pueden llevar el kesa. En China, en la época moderna (23) no es posible.

"Llevar el kesa no está reservado a una clase aristocrática y prohibido a los pobres, ni reservado a las personas inteligentes y prohibido a los necios. Puede ser llevado por todos. Está más allá y es ilimitado, no depende más que de un buen karma. Por lo tanto, demos gracias y alegrémonos de este buen karma pasado. Y si nosotros no dudamos, inconscientemente, naturalmente, automáticamente, virtudes y efectos excelentes nacerán muy exactamente en el futuro ".

Debéis creer que estos méritos aparecerán. En vuestra vida, una semilla de kesa será plantada de esta manera. Por favor, que vuestra práctica se realice sin tregua y que se arraigue esta semilla.

"Si alguien experimenta una contradicción o algo que lo perturbe sobre el kesa, no lo puede recibir ni proteger. Que tenga vergüenza y que se confiese a todos los budas y a los Tres Tesoros (Buda, Dharma, Sangha). Seguramente en un futuro, personas de otras tierras esperarán y desearán recibir la transmisión y la intimidad del kesa y del Dharma".

Dōgen tuvo seguramente la intuición de que los europeos, los franceses en este caso, recibirían la semilla del Zen. Cuando yo llegué a París, mi primera conferencia, en la Rue Feydeau, tuvo por objeto el kesa. Algunos se quedaron bastante impresionados y han continuado practicando zazén hasta hoy en día. No se trata de que aquello fuera un milagro, sino que es el resultado de un buen pasado, de un buen karma heredado.

"Seguramente, las personas de otras tierras si no pueden recibir la transmisión del kesa, sin lugar a dudas se sentirán avergonzadas, estarán tristes y se lamentarán. Felizmente, muy felizmente, nosotros hemos podido reencontrar la verdadera transmisión del kesa y del zazén, desde el Buda Shakyamuni y de patriarca a patriarca. Esto ha llevado a la pujanza y la virtud de los grandes méritos de Hannya, la sabiduría heredada del pasado ".

Es muy importante, incluso con un buen karma heredado: si no practicáis Zazén no podréis vestir ni proteger el kesa.

"Todos los budas y patriarcas veneraron el kesa con total respeto. Creyeron completamente en él y lo respetaron completamente. Ante el verdadero kesa transmitido todos hicieron sampai. Así es el verdadero bushinari"(24).


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Los once nombres del kesa

El kesa no se viste solo por el propio ego, sino que, por intermediación del hábito que se viste, se influencia a los demás, pudiendo obtener así también la verdadera felicidad. El kesa también puede ayudar contra el sufrimiento de los demás. Para designar un kesa hay once nombres de profunda significación:

1- Cuerpo de Buda.
2- Espíritu de Buda.
3- Gedatsu Puku, vestido del satori.
4- Fukuden e, vestido de un campo dichoso.
5- Muso e, vestido sin forma, infinito.
6- Muso e, el vestido más elevado.
[Hace unos treinta años, yo llevaba una vida muy difícil. Kodo Sawaki me dio un rakusu, el cual llevaba escrito el Dai Muryōjukyō, el Sutra de la Vida Infinita: "La verdadera ropa transmitida y maravillosa, vosotros la podéis vestir inconscientemente, naturalmente, automáticamente". Yo he creído verdaderamente en este rakusu y he continuado practicando zazén pensando que seguramente en un futuro mi vida sería maravillosa. Conservo este rakusu en mi cuarto. Es un recuerdo impresionante]
7- Ninniku y, vestido de la paciencia.
[Si se viste el kesa e, incluso, si a menudo uno entra en cólera, ésta desaparece pronto. El kesa incita a la reflexión y la sabiduría aparece. Si no se cree verdaderamente en el kesa, incluso practicando zazén, uno no es realmente feliz. Incluso las personas muy honestas que practican Zazén no pueden cambiar su karma mientras no hayan vestido el kesa. Si lo visten, el Yo desaparece y entonces, inconscientemente, naturalmente, automáticamente, el espíritu se dulcifica]
8- Nyorai e, vestido de Buda.
[De la protección contra todos los demonios, los accidentes]
9- Daijin daihi e, vestido de la gran compasión.
10- Shodo e, vestido de la victoria
[Vestir el kesa significa obtener la más alta victoria. La vida se hace más elevada que la de un ministro, un rey o un emperador. Es la verdadera victoria espiritual]
11- A nokutara san myaku san boda, vestido del más elevado satori.
[Idéntico al Zazén]


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Cuando vestir el kesa

El kesa es un símbolo de respeto, el símbolo del monje. En el Kesa Kudoku, Dōgen habla de la filosofía del kesa, después de la manera de llevarlo, de limpiarlo, de coserlo, así como de su calidad, color y tamaño.

Por lo que se refiere al modo de vestirlo, dice:

"De manera general, el kesa debe pasar por debajo del brazo derecho y por encima del hombro izquierdo. El maestro lo puede llevar sobre los dos hombros sólo durante la ceremonia de ordenación ".

En los templos japoneses, la regla transmitida dice que cuando un discípulo entra en la cámara del maestro, éste debe llevar el gran kesa de siete o de nueve bandas. Y cuando el maestro viste el kesa, el discípulo debe hacer lo mismo. Me gustaría llevar siempre un gran kesa cuando hago zazén ¡pero entonces todos mis discípulos deberían tener uno! Por ello, cuando sólo llevo el rakusu y no el gran kesa es mejor para vosotros.

Los discípulos que visten el gran kesa pueden estar sentados en la parte alta del dojo, y se les debe ceder el lugar. Es por respeto al kesa, no al discípulo. Durante la ceremonia, es importante que las personas vestidas con el gran kesa estén en primera fila, más cerca del Buda, luego los que tienen rakusu, luego los de kolomo negro y, finalmente, las personas vestidas de calle. Los discípulos vestidos con el gran kesa deben proteger al maestro. Esta regla ha sido transmitida hasta hoy en todos los templos Soto de Japón.

Cuando el kyosakuman debe dar el golpe de kyosaku a un discípulo que lleva el kesa, golpea sólo su lado derecho. No se puede golpear el kesa. Si se quiere recibir en ambos lados, previamente hay que descubrir el ángulo, el punto del kesa que cuelga por detrás del hombro. Si la persona se olvida de hacerlo, debe encargarse el kyosakuman. La regla referida al kesa es muy estricta.

"Hay tres tipos de kesa básicos: el de cinco bandas, el de siete y el de nueve. Más allá del kuko e, el kesa de nueve bandas, hay de once, trece, quince, diecisiete, diecinueve bandas y, finalmente, los de gran clase de veintiuna, veintitrés, y veinticinco bandas.

Pero durante la educación, para el discípulo, con los tres primeros le basta, los demás quedan reservados para los maestros. Durante el trabajo, el samu, o de viaje, el monje debe llevar el de cinco bandas, el gojo e".

En la época moderna, a menudo es más práctico llevar el rakusu. Sin embargo, si se fuma, se bebe alcohol, se come carne, se cocina o se corta leña, o si se asiste a una fiesta o se va al baño, hay que quitárselo. En un viaje en ruta, es posible de guardarlo.

"Los monjes que hacen una visita a otros religiosos o que hacen ceremonias deben llevar el kesa de siete bandas, el shichijo e. Para enseñar zazén, el responsable del dojo o el kyosakuman pueden ponerse el gran kesa de nueve bandas ".

Cuando se está solo en la propia habitación se puede guardar el kesa de cinco bandas y, en todo caso, no hay que olvidar de quitárselo para ir al baño, cocinar o por los masajes. Si se va a un palacio o entrevistarse con un responsable político, hay que ponerse el gran kesa de nueve bandas o más. En la época moderna, todas estas reglas ya no son importantes. Dōgen describió el método tradicional. Incluso en Japón los monjes no siguen estas reglas de manera exacta, pero en algunos templos como Eihei-ji aún son muy respetadas.

"En verano, cuando hace calor, se puede llevar el kesa de cinco bandas o rakusu. En invierno, cuando hace frío, es posible sobreponer varios kesas. Por ejemplo, el kesa de cinco bandas, más el de siete e, incluso, un tercero si hiciera mucho frío".

Los sutras relatan a menudo que el Buda Shakyamuni llevaba dos kesas a la puesta de sol, pero a media noche pedía a Ananda que fuera a buscar el gran kesa. En el Himalaya hace mucho frío por la noche. Es posible cubrirse la cabeza con el kesa.

Bodhidharma, nacido en Sri Lanka, no tenía el hábito del frío hasta que llegó a China. En los dojos europeos, la temperatura es a menudo muy elevada. Con un solo kesa basta, por lo que es posible llevar debajo del kolomo una camisa, un chaleco o un suéter de lana. Algunos, sin embargo, ¡llevan incluso el kolomo sobre un abrigo!

En la India, en la época del Buda, no se llevaba más que tres kesas. En China se introdujo la posibilidad de poner una camisa bajo el kolomo negro, y luego el kesa. La costumbre de la vestimenta ha cambiado, pero no el kesa.




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Kesa y estado del espíritu

En nuestra vida cotidiana, cuando nosotros cambiamos de entorno, nuestro espíritu se transforma en función de la atmósfera que encontramos. Después de haber estado en un café, si vais al dojo, vuestro espíritu no es el mismo.

Cambiar de traje o de medio cambia el cuerpo y el espíritu. Vestir la ropa limpia influencia a la persona. Incluso, vestir una ropa de color rojo o violeta no afecta de la misma manera el cuerpo y el espíritu que una ropa blanca o negra. Y al revés: si nuestro espíritu cambia, nuestro entorno se transforma. Vestir el kesa en el dojo modifica completamente el entorno. Es algo que no se puede explicar con palabras.

Practicando zazén, nuestro espíritu cambia inmediatamente y reencuentra la condición normal. Si estáis ansiosos o tenéis miedo, si entráis en el dojo y hacéis zazén el mundo entero se convierte en diferente. A menudo nuestro espíritu está oscurecido y cegado y se puede percibir. Pero muy exactamente, nuestro cuerpo y nuestro espíritu cambian. Este es el mérito del kesa y de zazén. Es lo mismo que el satori.

"En la época de Buda, para muchos la Vía les era difícil. Pero cuando los que tenían dificultades hacían una visita al Buda, sus cabellos caían pronto y se encontraban vestidos con el kesa ".

He aquí una historia relatada en el Sutra del Loto: dos amigos, uno rico y el otro pobre, bebían sake juntos. El pobre, habiendo bebido mucho, se durmió. El rico deseaba marcharse, pero sentía que su amigo, su pobre compañero, sufría mucho. Entonces, introdujo una piedra preciosa, un diamante, en el bolsillo del pobre, y después se fue. Cuando el pobre se despertó, se quejó viendo que su amigo rico ya no estaba. Aunque vagó más, pobre y sufriente. Tres años más tarde encontró de nuevo al amigo y, entrando en cólera, le dijo: "¿Porque te has salvado tú? ¡Mi vida ha sido muy difícil! He sufrido, y tú no me has ayudado". "¿Porque no has utilizado el diamante que metí a tu bolsillo?", respondió el rico. "¡Ah! ¿Un diamante? ¡No lo sabía!". Registró su bolsillo y encontró un reluciente diamante.

¿Qué significa este koan?

El pobre representa la persona pobre de espíritu, el rico el Buda, el diamante guardado en su bolsillo el verdadero tesoro espiritual, el Dharma. No se puede comprender el verdadero satori. Siempre se yerra. Pero si se obtiene esa piedra preciosa, es posible comprenderlo: este diamante-tesoro es de un valor inestimable.

No es ni algodón, ni seda, ni lino. El diamante es un funzo e, un harapo, un kesa hecho con ropa desechada.

"Vestir el kesa significa: estar esclarecido por la iluminación del Buda. Esto significa, utilizar lo que el Buda utilizó. Transmitir directamente el espíritu de Buda significa obtener los huesos, el tuétano, la esencia del Buda.

Estoy cubierto por el sagrado kesa del Buda Shakyamuni. Lo he recibido por sucesión directa del Buda".

En las oraciones de esta frase se puede reemplazar Buda por Cristo: vestir el kesa significa estar iluminado por Cristo o por Dios. Utilizar el objeto que ellos han utilizado. Transmitir directamente el espíritu de Dios o de Cristo. "Dios o Buda me ofrece directamente este kesa. Yo he recibido este kesa en sucesión directa de Dios o de Cristo ". Quizás bajo esta forma los europeos lo pueden comprender más claramente.

Se puede decir también: "Estar esclarecido por la iluminación cósmica, utilizar lo que el cosmos utiliza, transmitir directamente el orden cósmico fundamental, ser cubierto por el kesa cósmico. Yo he recibido este kesa directamente del orden cósmico". Esta última frase del Kesa Kudoku es muy célebre. Es la conclusión de Dōgen sobre el Kesa Kudoku. De joven me impresionó mucho leyéndola. Kodo Sawaki la escribió en uno de mis rakusus.


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El Funzo e

¿Qué hay que emplear para hacer un kesa? ¿Algodón, lino, seda, lana? Para cada lugar es diferente. Mientras sea posible, es necesario emplear lino, algodón o seda. Los tejidos sintéticos hacen ruido dentro del dojo.

El maestro Dōgen insiste siempre en que no hay que escoger. Para hacer el kesa, todos los budas y los patriarcas se han servido de una ropa por la que no se sentían apegados. funzo e: fun, "excremento"; zo, "limpiar". En términos generales, el funzo es un kesa hecho a partir de piezas de ropa desechada, encontrada o recogida de la basura. Esta es la calidad más elevada del kesa.

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Dōgen habla de diez tipos de funzo e:

1- El kesa hecho a partir de tejidos con quemaduras.
2- Telas que han sido mordidas por las vacas.
3- Tejidos roídos por las ratas.
4- Telas o sábanas que han servido para amortajar difuntos.
5- Paños que han servido en menstruaciones de las mujeres.
6- Ropas que se han empleado en un parto.
7- Prendas que se encuentran los cementerios.
8- Paños dejados en tumbas o santuarios.
9- Vestidos desechados por los ricos, que los consideran pasados de moda.
10- Telas que han servido en ceremonias funerarias.

Dōgen enseña cómo utilizar estos harapos desechados y abandonados:

"Una vez recogidos, lavados y limpiados, el funzo kesa cosido con retales se convierte entonces en el más puro de todos los kesas. Todos los budas de los tres mundos aprecian sobremanera este kesa, y siempre lo han llevado. No solo los budas de los tres mundos, sino todos los seres celestiales y todos los dragones lo han transmitido, venerado y protegido con celo. En tanto que sea posible, cosed este tipo de kesas. Practicaréis entonces la mayor virtud de la pureza. Aunque hoy en día, en Japón, no se suelen encontrar este tipo de trapos sucios y usados".

Dōgen en su época ya se quejaba... ¡y en estos momentos es aún más difícil! Por tanto, en su defecto, si deseáis confeccionar este funzo kesa, utilizad con preferencia tejidos que os hayan dado y, si no, tomad una tela que hayáis comprado con dinero puro, y después lo coséis siguiendo las reglas, estrictamente. Se tiene que coser en kaeshi bari, en "punto atrás", con la mayor atención.

"El funzo kesa es el verdadero kesa. Este no se define por la calidad del tejido -poco importa, aunque se trate de seda, algodón, hilo de oro o de plata, o que contenga bordados o incrustaciones-, sino que se define por la concentración que uno pone y por la vida pura que lo ha animado y le ha dado forma durante su confección".

A partir de este momento no se trata de un ensamblaje de trapos, ni un hermoso vestido, ni un objeto lujoso, sino del verdadero cuerpo de Buda, de su verdadera enseñanza, y de su transmisión de la esencia de la Vía en los tres tiempos, pasado, presente y futuro.

"En cuanto a los méritos, si queréis obtener alguna instrucción, no la pidáis a los hombres ni a los monjes que no lo conocen en toda su profundidad, sino dirigiros a un verdadero maestro o a un verdadero patriarca, que haya recibido él mismo de su maestro la transmisión del verdadero Dharma y del puro Zen".

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En la actualidad, no hay que imitar lo que dicen los sutras. No obstante, hay que comprender el espíritu que surge, y el sentido original de funzo e. Así se obtiene un funzo e, el más elevado de los Kesas.

No se debe llevar ni coser un kesa por propio ego, para uno mismo, en propio provecho, sino para la verdadera Vía, con espíritu mushotoku. Utilizad algodón, seda o lino. No se debe seleccionar con el propio ego. Así los méritos llegan con mucha precisión.

"Cuando se cose el kesa, no hay que cambiar la forma tradicional de hacerlo a partir de opiniones personales o en beneficio de uno mismo. No importa qué tejido sea el empleado para hacer un kesa. Pero hay que seguir la verdadera transmisión, la verdadera enseñanza.

Es un error creer que el algodón es más puro que la seda natural, o escoger sólo la seda porque es más bonita que el algodón".

En las profundidades de las montañas del Himalaya había un gran lago, profundo, infinito, en el que el agua era absolutamente pura. Shuna Shami lavó su kesa funzo e en ese lago y, en aquel momento, el gran rey de los dragones, mirando hacia arriba, se mostró totalmente admirado, respetuoso e impresionado. Sonrió haciendo caer una lluvia de balas flores, e hizo sampai.

Así, los peores vestidos se convierten en los kesas más respetables, los tejidos más sucios, los más puros. De las personas más necias, de entre las que tienen peores bonnō, los más grandes monjes. Es una filosofía muy profunda.

Zazén es shikantaza [sólo sentarse] (25). Aunque existen varias maneras de postura de meditación, El zazén de Buda es shikantaza. Distinto, aunque idéntico. A pesar de que los colores, los materiales, los tamaños de los kesas sean diferentes, son funzo e, shikantaza. Que el cuerpo sea joven o viejo, sucio o limpio, delgado o grueso, es funzo, shikantaza. Cuando se hace zazén ambos son parecidos. Siguiendo la verdadera Vía, sin objetivo, mushotoku, practicando sólo zazén convierte shikantaza.

Para confeccionar un kesa se puede emplear todo si no hay apego. Los tejidos demasiado usados, sin embargo, no pueden ser utilizados, ni los que poseen demasiados colores, ni los que son demasiado sucios. Para el espíritu es la misma cosa. Siempre es la mente la que decora. Es funzo, harapos. Haciendo zazén incluso si no estáis concentrados en mi zazén y estáis distraídos o pensáis en otra cosa, por vuestra postura de zazén devenís shikantaza. Si unas olas aparecen en vuestro espíritu, como en un río, se estrellan contra las rocas y se transforman en espuma bajo el claro de luna. En zazén, los peores bonnō se convierten en la luz de la luna. Son funzo, los harapos del hombre.

Todo es funzo: el algodón viene de una planta, la seda de unos insectos, el nylon del petróleo o de la madera, del carbón... incluso un maravilloso kesa de oro o plata, o de perlas, es la realización de funzo.

Si unos calzoncillos se convierten en un kesa, ya no son unos calzoncillos, ni unos calzoncillos de hombre ni una combinación de mujer. En zazén no hay ni mujer, ni hombre, ni muchacha, ni viejo, ni joven, ni prisionero, ni gobernante, ni ministro. Es shikantaza, sólo shikantaza. Lo tenéis que comprender. Al igual que unos calzoncillos cosidos para un kesa ya no son unos calzoncillos, un preso que hace zazén convierte en Buda. Es funzo.

"Algunos monjes pidieron al viejo Buda (Eno, el sexto patriarca) si cuando él recibió a la medianoche el kesa transmitido por el maestro Konin del Monte Obai, "¿este kesa era de algodón o de seda?". "No era ni algodón ni seda", respondió Eno".

También hay que comprenderlo. El kesa no es de un tipo de tejido determinado, no es ni de seda ni de algodón, sino una enseñanza muy profunda de la Vía del Buda, el secreto absoluto. Los comentarios son muy importantes. Debe entender la relación entre funzo e y shikantaza.

"Si se lleva un vestido o no importa qué hábito, si se recibe la ordenación, este hábito se convierte en el kesa o el kolomo".

Mi kolomo fue cortado del último kimono de mi padre. Es una hermosa seda con el sello de mi familia. Mi mujer lo cosió. De esta manera, el kimono de mi padre se convirtió en un kesa.

Sea como sea, el verdadero monje tiene que cortarse los cabellos, vestir el kesa y practicar zazén después de haber recibido la ordenación. Incluso si no ha recibido la ordenación, si lleváis un rakusu es lo mismo. Kodo Sawaki repetía siempre que vestir el gran kesa, hacer zazén y afeitarse la cabeza representan la mayor suerte, la mayor victoria de nuestra vida.




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Profunda significación del kesa

¿Qué color hay que elegir por kesa? ¿Qué dimensiones? Cada uno es diferente. El kesa es tan vasto que se convierte en infinito, muso, sin forma, aunque tiene una forma rigurosa. Y lo mismo en su calidad.

Ya he explicado que el kesa no es cuantificable ni calificable. Hay un color, pero no es un verdadero color. No hay límite. Nuestra civilización occidental, nuestra educación, lo quiere limitar siempre. Tesis, antítesis, síntesis. Hace categorías. Por ejemplo: esto es rojo, amarillo, azul ... Para el kesa esto no es posible. Su color no es ni rojo, ni blanco, ni negro, ni azul. Particularmente, siempre oscuro, ilimitado. El hábito de Bodhidharma era de una mezcla oscura de verde y negro.

Dai sai gedap-puku, oh gran hábito del satori!
Muso: mu, "no"; so, "aspecto". Muso: "no aspecto"

Si se corta un vestido, su longitud y anchura variarán según el tamaño de cada uno, incluso al centímetro. Si es demasiado largo, no va bien. Para un kesa, un centímetro de más no es demasiado importante. Pero seguir la regla que detalla las proporciones del conjunto es esencial. Se mide por lo que indica del codo al brazo. La anchura del kesa debe tener alrededor de tres codos, la longitud cinco, y ambos lados deben ser rigurosamente semejantes. El color también es muy importante. En la época moderna se emplea el azul, el verde ... de acuerdo, pero elegid siempre un color oscuro y no un color claro. Limitado, pero ilimitado.


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La manera de hacer el kesa

Por lo que se refiere a la calidad del tejido, elegid preferentemente trapos. Si son difíciles de obtener, utilizad un tejido flexible, de fibra muy fina. De algodón, si es posible, o de seda o lino. Estos son los mejores materiales. No obstante, para ciertos países donde no tienen ni algodón, ni seda, ni lino, Buda autoriza la lana. Yo uso en mi cuarto un kesa de lana que una mujer muy amable me cosió.

El color del kesa es importante. No se debe usar el rojo. El kesa debe estar teñido de color oscuro.

Kesa, kāsayā, en sánscrito, significa color oscuro, mezclado, roto. No es un color puro. Se puede utilizar el negro, el gris, el verde oscuro, el marrón, el azul oscuro... el Buda vestía siempre un kesa del color de su piel. Yo los llevo semejantes.

Los colores que mis discípulos usan son los tradicionales. Los europeos tienen tintes más claros que los japoneses o los chinos, pero no es posible emplear un rosa. Yo no puedo decir qué color debe tener vuestro kesa. El transmitido por Bodhidharma, en algodón, era verdinegro.

"A través de Mahakashyapa hubo veintidós ocho generaciones, desde el Buda Shakyamuni hasta Bodhidharma y Eno, el sexto patriarca por el cual esta transmisión ha continuado. De patriarca a patriarca han sido transmitidos la calidad y el color. Ninguna otra escuela ha podido tener esta sucesión".

Más adelante Dōgen añade:

"Hay tres tipos diferentes de kesa:
1- Funzo e: kesa hecho con la ayuda de trapos viejos, de tejidos usados.
2- Seihei e: kesa hecho a partir de plumón de aves.
3- Nohei e: kesa hecho de paños confeccionados con parches de tela cosida".

Hay un mondo entre el Buda Shakyamuni y Upali sobre las diversas clases de kesa:

"Upali, un discípulo del Buda, que respetaba profundamente los kai (27) como reglas de la Sangha, le preguntó:

- Gran Maestro, ¿qué es el gran kesa? ¿Cuántas bandas debe tener?
- El gran kesa debe tener nueve bandas, Kujo e, pero también puede tener once, trece, quince, diecisiete, veintiuna, veintitrés, veinticinco bandas... "

Yo tengo dos grandes kesa de veinticinco bandas: el que Kodo Sawaki dio al padre de Narita Roshi (28), y el de Seikyu-ji (29). Yo he recibido unos grandes méritos de estos dos Kesas.

"Para los Kesas de nueve, once y trece bandas, cada banda está constituida por una pieza larga y dos cortas. En los Kesas de quince, diecisiete, diecinueve bandas, hay tres largas y una corta. En los kesas de veintiuna, veintitrés, y veinticinco bandas, los más elevados, en cada banda hay cuatro piezas largas y cuatro cortas. Si son hechos de manera diferente, son erróneos, no son verdaderos kesas ".

"Upali continuó:

- Gran maestro, enséñame los diferentes tipos de gran kesa.
- Hay tres tipos: el kesa de gran clase, el kesa grande; el de media clase, el kesa medio; y el de pequeña clase, el kesa pequeño. El de gran clase, sogyari, tiene una altura de tres codos [el codo era contado con el puño cerrado o la mano abierta, según el caso]".

Es posible de coser kesas más o menos largos según el tamaño o la edad. El kesa de gran clase se lleva en las ceremonias.

"El kesa de clase pequeña mide dos codos y medio de alto, y cuatro y medio de largo".

Este último se lleva durante el samu, para pedir limosna, para viajar o para pasear.

"Un kesa de clase media se encuentra justamente entre estas dos medidas".

Upali preguntó todavía al Buda:
- Querido maestro, el kesa de clase media, ¿de cuántas bandas se debe componer?
- El uttaraso, el kesa de clase media, debe tener siete bandas".

Cada banda contiene varias piezas, dankaku, que son de varios tipos: largas o cortas, tanto para el uttaraso, el gran kesa de siete bandas, como por el de nueve bandas.

"Cada parte está constituida por nicho itan, dos piezas largas y una de corta".

“Upali continuó:
- Oh, maestro mío, Buda, ¿cuántos tipos de kesa de siete bandas existen?
- Tres tipos: el grande, el medio y el pequeño. El mayor tiene una altura de tres codos y una longitud de cinco. Para el pequeño se cuenta una medida más pequeña que el codo, el medio se sitúa entre estos dos.
- Gran maestro, háblame de las medidas del gojo e, el kesa de cinco bandas, el rakusu.
- Cada banda de gojo e tiene una pieza larga y una de corta. Este kesa es similar para las tres clases. La altura mide tres codos, y cinco de largo. Y aún hay dos tipos de kesa de cinco bandas que tienen por medida, respectivamente; altura, dos codos, longitud, cinco; altura, dos codos, longitud, cuatro codos. Sogyari es un kesa de gran clase con un dobladillo interior. Se lleva para ir a palacio, dar grandes conferencias y para hacer zazén".

Un gran kesa tiene generalmente más de nueve bandas. Puede tener sesenta bandas, no está limitado sólo a veinticinco.

"Uttaraso: el kesa de siete bandas, de clase media, se lleva en los templos y en las ceremonias cotidianas. El kesa de cinco bandas, samu e se lleva durante el samu".

Aquí, sin embargo, la mayor parte de vosotros vestís justamente el rakusu en zazén.


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Modo de coser el kesa

El modo de coser el kesa está descrita en el Shōbogenzō de esta manera:

"Hay cuatro métodos para hacer un kesa:

1- Katsu e, esto es el ensamblaje de las piezas cortadas para formar las bandas.
2- Chyo e, el ensamblaje de las bandas y del cuadro sobre una gran pieza de tela que forma la base del kesa.
3- Shoyo e, consiste en doblar y coser sobre los dobleces.
4- Man e, es una pieza de tela sin cortes, sin bandas".

Este último es un kesa formado por una única pieza de tela sobre la que sólo hay cosido un cuadro con tres hileras de puntos. Este es el más simple de los kesas. Los que no quieren coser pueden hacerse con una gran pieza de tela y coserla así. Un bodhisattva o un discípulo lo puede vestir, pero no lo puede llevar en las ceremonias.

Incluso para coser un man e hay que utilizar kaeshi bari (kae: retroceder; bari, aguja): clavar la aguja, sacarla y pasarla hacia atrás. Si no se emplea este método no es un verdadero kesa. Coser a máquina no es verdaderamente auténtico. La esencia del kesa reside en la manera de coserlo, y en el color del tejido.

Hacer un verdadero funzo e, sin embargo, exige mucho trabajo. El hermoso kesa que me han cosido mis discípulos necesita de tres a seis meses. Pero si coséis un kesa, en lo posible hacedlo en breve tiempo. Concentraros en él. El kesa no es un traje ordinario. Hay que concentrarse en él y creer en el kesa, punto por punto. El estado de espíritu es el mismo que en zazén, hishiryo (30). Cosiendo el kesa, inconscientemente, naturalmente, automáticamente, vuestro espíritu se concentra. El kesa es el secreto del Zen Mahayana.

El kesa es un símbolo importante en el mundo material de los deseos. Antiguamente, en China, los emperadores, los príncipes, todos, vestían el kesa. Todo el mundo lo puede llevar. En Japón, los samuráis lo llevaban a la batalla. Para ellos era como una coraza. Después, los generales emplearon el rakusu, ya que el gran kesa no era práctico. En los tiempos antiguos, en Japón, el príncipe Shotoku (31) ("virtudes santas") fue el primero en introducir el budismo de China. Vestía un kesa de veinticinco bandas y daba conferencias sobre los temas del Sutra del Loto y los shomon (32). De los cielos cayó entonces la flor-tesoro, y el budismo Mahayana se extendió por Japón.

En la época actual, la mayor parte de los monjes budistas tienen Kesas erróneos en lo que se refiere a la calidad, color o el número de piezas. Pero sea como sea, el kesa ha convertido en el símbolo del budismo y de todos los que han recibido la ordenación. Hoy en día todavía es el símbolo del monje en Tailandia, India, Sri Lanka, Vietnam... es el símbolo del budismo Mahayana y Hinayana.




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Modo de lavar el kesa

En la época actual, el modo de limpiarlo es diferente al antiguo. Sin embargo, mientras sea posible, es importante lavar el kesa uno mismo, y si lo hace alguien, debe ser una monja, un monje o un amigo íntimo. Antes se utilizaba agua perfumada con las mismas esencias que el incienso. Se le sumergía, sin doblarlo, en esta agua. En la ceremonia de ordenación, los monjes tenían que lavar también su cuerpo con agua caliente perfumada.

Los perfumes chinos, japoneses o indios, hechos a partir de corteza de árboles, son los mejores. En Europa es posible también utilizar lavanda, pero los perfumes utilizados por los templos japoneses son los preferibles.

"Dejar en remojo durante dos horas en agua caliente perfumada y sin frotar. Si el kesa está muy sucio, se le puede lavar con agua caliente mezclada con cenizas. Cuando esta agua se ha enfriado, se le limpia varias veces con agua clara tibia. Después se cuelga de una barra de bambú limpio.

Si lo laváis, hacedlo respetuosamente, sin frotarlo ni con las manos ni los pies. Repasarlo, plegar-lo de manera exacta, y ponerlo en un lugar elevado o ante el Buda. Quemar incienso, o shoko, y ofreced unas flores".

El kesa es el objeto más digno de respeto. Girad a su alrededor tres veces por la derecha y hacedle sampai (tres, seis o nueve pai). Cuando yo os doy el kesa, la actitud justa es la de hacer sampai por este kesa. En casa, cuando tengáis tiempo, llevándolo puesto o antes de sacarlo, haced tres, seis o nueve pai. La mayor parte de las personas, sin embargo, no hacen estas prosternaciones. Yo tengo muchos kesas, y los guardo en un armario de mi cuarto. Es muy bonito. A veces les pongo incienso y hago sampai.

"Aunque uno se equivoque, los méritos del kesa aparecerán en un futuro. Aunque sólo se vista el kesa una vez, o se le toque o frote ligeramente con un pie, los méritos aparecerán".

Después de haber hecho tres, seis o nueve pai, os sentáis sobre las rodillas, a la japonesa, y en gasshó con el kesa puesto sobre la cabeza. O bien lo levantáis con ambas manos a la altura de los ojos y cantáis tres veces los Versos del Kesa, si es posible. Después, ponéroslo, o guardarlo en un armario o en un lugar elevado.


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Los diez méritos del kesa

Voy a tratar ahora de los textos que hablan propiamente de los méritos del kesa. Estos textos están constituidos por lo esencial de los sutras escritos por los discípulos del Buda Shakyamuni, donde se explica como el Buda detalla al monje Chiko (33) los méritos del kesa. El Buda consideraba unos diez méritos menores, para personas de preparación elemental, y otros diez que él estimaba como los más elevados, y de los que desvelaba su profundidad a sus discípulos más destacados.

"El Buda Shakyamuni, dirigiéndose al monje Chiko, le habló así:

"El kesa contiene diez espléndidas virtudes de las que resultan los siguientes maravillosos méritos: el kesa cubre completamente el cuerpo y, por el sentimiento de pudor que inspira, ofrece templanza a los temerarios y resuelve las dudas de los tímidos. Engendra el espíritu de la confesión, y hace que sea fácil la práctica de las buenas acciones y de la Vía del Buda".

Hay un sentido perdido en nuestros: el sentido del pudor. No tiene nada que ver con el nudismo, que puede ser bien púdico, sino en la actitud del hombre: su manera de llevar el hábito, la forma del vestido, revela pudor o impudor, e inspiran respeto o no. Esta noción ha sido tenida siempre como importante para el budismo, donde los monjes deben vestir el gran kesa, el cual debe tapar todo el bajo vientre y bajar hasta las rodillas. En la secta Nembutsu (34), el rakusu es muy largo, pero no es bonito.

"El kesa permite protegerse del frío y del calor, de los insectos y los animales, de las mordeduras venenosas de las serpientes. Los animales feroces no se atreven a acercarse, y el mismo diablo resto tranquilo. También se puede hacer Zazén pacíficamente. Este es el segundo mérito.

El tercer mérito se expresa a través de la revelación del monje que lleva el kesa como monje auténtico. El kesa determina el verdadero carácter religioso".

En Europa también se encuentra este característico rasgo como propio de los sabios y de los religiosos. Las imágenes de Cristo, de Sócrates y de todos los sabios y santos son mostradas siempre con grandes mantos o vestidos con ropa larga. El hábito largo o el manto siempre han sido símbolo de sabiduría, de amor, de compasión y de paz. Vestidos así, los religiosos siempre inspiran respeto, reflexión y simpatía a los que se cruzan en su camino, y de que son aptos para acabar con el espíritu del mal.

"El kesa es el símbolo de la religión, de la Vía del Buda, que salva todos los seres sensibles. Los cielos se abren a los que respetan y tienen fe en el valor del kesa. Este es el cuarto mérito.

El quinto mérito se refiere a los crímenes de la humanidad. Si comprendemos íntimamente que el kesa materializa la esencia de la Vía del Buda, nosotros tenemos entonces en nuestro poder la capacidad de borrar todos los crímenes de la multitud de seres sensibles, y de engendrar en su seno la dicha y de multiplicar la buena fortuna.

Por su color, el kesa tiene el poder de librarnos de las codicias engendradas por los cinco sentidos. El color neutro del kesa constituye su sexto mérito; color ocre de la tierra o color de la piel del Buda.

Como vestido puro testimoniado por el Buda, el kesa en sí mismo es el verdadero cuerpo del Buda. Es su séptimo mérito: hace feliz y corta los bonnō por mucho tiempo.

Llevar el kesa nos ayuda a respetar los Diez Preceptos (35). Es su octavo mérito. Inconscientemente, naturalmente, automáticamente, los Diez Preceptos no serán violados, y será sellada la armonía con la ley dhármica.

El kesa simboliza los arrozales. Es su noveno mérito. Expresa abundancia, el alimento para siempre que provee al hombre de lo necesario y cultiva la vía del bodhisattva.

El kesa es una coraza. La envenenada flecha de los bonnō no puede llegar al cuerpo del hombre. Es el décimo mérito del kesa.

Así, querido Chiko, por estos diez méritos, cuando todos los budas, los engaku, los shomon, los sabios y todos los santos de los tres mundos, y los monjes, visten este hábito, cada uno de ellos puede tomar naturalmente lugar en el trono -tesoro del satori. Y por este kesa verdadero, espada de sabiduría, pueden ser vencidos todos los demonios de los bonnō, y entrar en el reino de la libertad del perfecto nirvana".

Después, el Buda Shakyamuni sigue con un largo poema sobre las diez virtudes insuperables del kesa. Dedica este poema a Chiko, explicándole que estas diez virtudes son de un valor más profundo que los diez méritos antes mencionados.




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Las diez virtudes del kesa

"Por favor, escucha mi enseñanza sobre el kesa del campo dichoso. El kesa tiene diez méritos espléndidos y diez beneficios:

La ropa ordinaria que se lleva en la vida social hace crecer nuestros bonnō, pero el kesa del Buda es distinto al vestido ordinario. Ahuyenta las prácticas engorrosas de la vida cotidiana.

El kesa permite mirar al interior de nuestro espíritu, de reflexionar, y nos hace progresar. Así mismo, es el espléndido campo gozoso que nos provee de una suerte infinita.

Puede alejar de nosotros el frío y el calor, los venenos y los demonios. Cuando se le viste, protege el espíritu y el cuerpo. Incluso aleja las enfermedades y se reencuentra la salud, los bonnō disminuyen. Así, el espíritu que busca la Vía se fortalece cada vez más y logra gedatsu, el satori.

Si se viste este kesa, se realiza verdaderamente el aspecto del monje, el aspecto del bodhisattva, el aspecto del Buda, el aspecto santo, la figura santa. Y se desprende una dignidad infinita. El espíritu se aleja de los apegos y de los deseos e, incluso, si todavía se sufre algún apego, se ve como éste merma rápidamente mientras se reencuentra la condición normal.

Por las virtudes del kesa se cortan los Go ken, los Cinco Prejuicios, las doctrinas erróneas, falacias, los cinco puntos de vista erróneos contrarios a la enseñanza del Buda [drishti, en sánscrito]".


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Los Go ken, los cinco prejuicios


Shinken, la creencia errónea en una personalidad real. El ken del cuerpo que no puede comprender muga, el no-Yo, no-noúmeno. Yo digo siempre que, en nuestro cuerpo, en nuestro espíritu, no hay sustancia. ¿Qué es el Yo? Existe, pero no hay noúmeno (36). Sin embargo, la mayor parte de las personas se aferran a este Yo. Están siempre en contradicción, en dualidad. Vosotros y yo ... Si no hay vosotros, el Yo no es necesario. En zazén se está solo, no hay nadie. "Estoy muy contento con vosotros", y a veces "no te quiero abrazar, no te quiero" ... aunque existimos, no tenemos noúmeno. Ken significa a veces "apego". Shinken es un apego excesivo al cuerpo.

Henken, el error de tener puntos de vista extremos, el dualismo, el apego a los aspectos contrarios. Algunos no sólo experimentan un apego al Yo en esta vida, sino también después de la muerte. Experimentan muchos deseos. Esta vida les es insuficiente y, por tanto, piensan vivir eternamente después de muertos. "¡Iré al Paraíso!", es un apego excesivo al Yo. Hay quien se suicida. Este mundo no está bien, el otro es mejor, tengo que irme rápidamente. Esto refleja un apego excesivo a la futura vida.

Algunos no están apegados, pero temen a la muerte, a lo que hay después de la muerte. O también la niegan totalmente. "No hay Paraíso, ni infierno. No hay más que este mundo. No importa nada después de la muerte". Esto también indica un gran apego. Ser demasiado negativo o demasiado afirmativo: henken. No hace falta ni negar ni aferrarse demasiado. El Camino del Medio. A los europeos les gusta mucho henken. Derecha, izquierda. En las elecciones hay que decidirse a favor de la derecha o de la izquierda, y aparece el dualismo que predomina en la civilización moderna. Finalmente, en todo el mundo la derecha y la izquierda se pelean. No es necesario aferrarse ni a la derecha ni a la izquierda. Se puede decidir por uno mismo.

Jaken, los puntos de vista erróneos, el sectarismo. Henken y jaken son algo similares. Es negar la causalidad.

Kenjuken, el apego al error. Es aferrarse o creer en una doctrina errónea, en una religión falsa. El Buda, para agitar al hinduismo tradicional, hizo aparecer el budismo. Creó una nueva religión. Huyó de la religión tradicional, demasiado kenjuken, que abarcaba demasiado kai erróneos. Los kai deben variar según el lugar y el tiempo. El karma de cada uno es diferente.

Los musulmanes no comen cerdo. No siempre es necesario dejar de comer inmediatamente carne o de fumar... pero la droga representa un gran peligro para la civilización moderna. Buda comió cerdo y se murió a los setenta años. También los brahmanes lo criticaban. Su actitud era demasiado progresista. No hay que aferrarse a no comer esto o aquello, o a dormir de esta u otra manera. Es Kenjuken.

Kaigonjuken, apego a las prácticas y a las observancias erróneas. Ya he hablado de ello. Por ejemplo, en algunas religiones las mujeres no pueden mostrar su rostro y esconden la cara. Nada de cerdo, nada de vaca, nada de unagi [anguila]. Macrobiótica. Vegetarianismo. Para los enfermos es aceptable. Sin embargo, en la civilización moderna, a menudo no se mira más que un solo lado de las cosas. No vale la pena aferrarse a ello demasiado, ni de creer demasiado en algo o formar un fanático.

Los Go ken, los cinco prejuicios o doctrinas erróneas, son muy importantes. Creer en zazén es mejor. Es el Camino del Medio, la doctrina de Buda.


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El kesa, verdadero símbolo del discípulo de Buda

"Después de que el príncipe Shōtoku introdujera el budismo en Japón y fue venerado el kesa, el emperador Shōmu (37) también vistió el kesa y recibió la ordenación de bodhisattva. Incluso los emperadores, príncipes y servidores vistieron el kesa y recibieron la ordenación. Para el ser humano, vestir el kesa, recibir la ordenación y practicar zazén es la mayor de las felicidades de la condición humana.

Cuando un laico viste el kesa, tampo, debe estar cosido siguiendo el método kaeshi bari. Asimismo, los laicos que visitan un templo deben llevar los tres kesas, un cepillo de dientes y el agua para limpiarse la boca, unos cuencos y un zagu".

En la época de Dōgen era necesario preparar todas estas cosas y hacer zazén como los monjes. Así es la verdadera regla de la transmisión en un dojo.

"Siguiendo la enseñanza transmitida por cada patriarca, el kesa siempre debe ser cosido siguiendo kaeshi bari, incluso por un laico, un emperador, un ministro o un samurai".

Todo el mundo puede vestir el kesa. El sexto patriarca Eno no había recibido la ordenación cuando era cocinero en el templo de Konin y, aun así, Konin le transmitió el verdadero kesa.

"El kesa es el verdadero símbolo del Buda. Si se recibe este kesa, cada día se lo ha de venerar y hacer gasshó. Antes de vestirlo os lo tenéis que poner encima de la cabeza, hacer gasshó y recitar los Versos del Kesa".

Vestir el kesa significa llevar uno mismo la enseñanza del Buda y, como consecuencia, desear ayudar a todos los seres sensibles.

"Vistiéndolo debemos pensar que uno se convierte en templo de Buda, un verdadero maestro. Buda dijo: "Si os afeitáis la cabeza, vestís el kesa y practicáis zazén todos los budas os protegerán".


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Los Versos del Kesa

El maestro Dōgen finaliza el Kesa Kudoku con sus impresiones de cuando estuvo en China, en el templo del maestro Nyojō, y de la emoción que experimentó cuando oyó cantar por primera vez los Versos del Kesa:

"Yo ya había leído anteriormente en los Agama los preceptos que los monjes deben observar en relación al kesa. Pero nunca me sentí tan impresionado cuando, a mi alrededor, oí cantar por primera vez estos versos. Me conmocionó tanto como cuando oí el chasquido del golpe de kyosaku que mi maestro dio a un discípulo cerca de mí. Ese día hice nueve pai en la cámara del maestro en shin jin datsu raku datsu raku shin jin (38).

Yo había estado en numerosos templos de China, pero nunca había sentido este sutra cantado y enseñado de esta manera. Es realmente lamentable que mis idas de un lugar a otro me hubieran hecho perder tanto tiempo. Pero teniendo la suerte maravillosa de sentir recitar aquellos versos, sentí llenarme de gratitud por Buda y por este buen karma que me era investido. El solo hecho de oír cantar los versos ya valía la pena el largo viaje que había hecho, de otra manera no habría tenido la suerte de verlo y de sentirlo. Tuve la gran suerte de estar sentado cerca de un monje que expresaba con voz serena, desde el fondo de su pecho, este canto sublime, en una actitud de calma profunda, las manos respetuosamente en gasshó, y el kesa cuidadosamente doblado y puesto sobre la cabeza. Todo esto me emocionó profundamente. Alegría y tristeza, las dos a la vez, invadieron mi ser, y del fondo de mi corazón brotaron lágrimas que empaparon mi cara y cayeron sobre mi kesa. En ese momento comprendí y, con total determinación, hice el voto de que a mi regreso al Japón yo debía ser el digno sucesor del verdadero budismo. Tuve la fe inquebrantable de poder transmitir la enseñanza justa, y de tener la compasión verdadera para con todos mis compatriotas. Hice el voto de transmitir el verdadero kesa, el que fue transmitido de Buda a patriarca, y de patriarca a patriarca, en una línea ininterrumpida, y de enseñar sus incomparables méritos. Tuve el profundo anhelo de extender la verdadera enseñanza de zazén y, con el kesa puesto encima de mi cabeza rasurada, y cantando el Dai sai gedap-puku, transmitir también el verdadero Dharma.

Al cabo de un tiempo, el maestro Nyojō me envió un verdadero kesa, un kesa que me satisfizo por vida: era el kesa del maestro Fuyō-Dōkai (39).

¡Oh, todos vosotros que sois mis discípulos! Os lo ruego, cada vez que vistáis el kesa, no olvidéis nunca de ponerlo primero sobre vuestra cabeza, ni de tocaros la frente con él tres veces como signo de profundo respeto, y cantad este sutra maravilloso.

Todos los sutras, todas las palabras del budismo, toda la enseñanza, el universo entero, y la naturaleza en su diversidad, las montañas, el océano, los árboles y las flores e, incluso, las piedras, expresan los méritos del kesa. No es difícil ver o escuchar por todo el mundo una forma, un color o una cosa que cante el mérito del kesa, pero sentir su contacto directo, vestirlo, estudiarlo o coserlo, son ocasiones únicas. Es un inmenso privilegio, un gran mérito de nuestro karma pasado. Si tenéis la experiencia, aunque sea por un corto momento, por unas horas o por un medio día, guardad siempre una profunda gratitud.

Durante mi estancia en China, me encontré con muchos monjes, grandes eruditos que habían estudiado profundamente los sutras y todos los textos búdicos. Pero no tenían ni kesa ni cuencos, y eso les empequeñeció a mis ojos a un nivel de personas ordinarias. Su saber no tenía para mí ninguna consistencia, ningún valor. Me aflige el hecho de que aquellos estuvieran carentes del más gran tesoro: desconocían el verdadero kesa".

Y el maestro Dōgen concluye:

"Y vosotros, discípulos y compatriotas míos, espero que no seáis unos monjes incompletos, y que si vais a tierras lejanas no olvidéis nunca el kesa".

Me sentí muy impresionado con la lectura de este texto, sobre todo por esta última frase, en el momento en el que llegué a Europa. Kodo Sawaki me la había mencionado a menudo, pero no me llegó nunca tan profundamente hasta que me encontré solo en París con el kesa que me había legado mi maestro a su muerte. Tuve la impresión de que Dōgen había escrito esta frase para mí.

Si una sola persona cree en este kesa, es suficiente para perpetuar su infinito mérito. Ahora, en Europa, numerosos discípulos cosen y enseñan el verdadero kesa. Mi misión ha resultado plenamente satisfecha y exitosa, y así continuará seguramente por mucho tiempo. Posiblemente, este kesa que ha sido cosido por todas estas mujeres [del Dojo de París] se transmitirá por la eternidad, con el zazén. También yo os lo pido: no tengáis una fe verdadera en ningún otro objeto religioso que no sea este kesa. No cometáis un error sobre la esencia de la fe.

Cuando vistáis el kesa, que antes os pondréis sobre la cabeza, los méritos surgidos de este acto se realizarán de manera inequívoca en un futuro.







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NOTAS AL TEXTO

(*) El Shōbogenzō es el título de la principal obra del maestro Eihei Dōgen, traducido significa "El Tesoro del Ojo del Verdadero Dharma de Buda".
1- Capítulo 84 del Shōbogenzō.
2- Amitābha, en sánscrito.
3- Namu Amida Butsu, mantra emblemático de la escuela budista de la Tierra Pura (jp. Jōdo).
4- Kodo Sawaki (Japón, 1880-1965), monje budista Zen, profesor universitario y abate de Antai-ji, maestro de Taisen Deshimaru. Está considerado uno de los grandes maestros Zen del siglo XX.
5- Gran recopilación de tratados sobre el Zen y su práctica, escrito por Eihei Dōgen en el siglo XIII. El Genjo Koan y el Bendowa son dos de sus tratados más filosóficos y más importantes.
6- En sánscrito, Nagarjuna (c. 150-c. 250 dC), 14º patriarca budista de la India y gran filósofo. Fundador de la escuela Madhyamaka. Es célebre por su pensamiento sobre la vacuidad: "el vacío es la forma, la forma es el vacío".
7- "¡Id, id juntos! Vaya más allá de más allá, hasta alcanzar la Iluminación última".
8- En chino, Daman Hongren (601-674), abad del monasterio Huangmei o Hubei (actualmente Temple Wuzu).
11- En japonés, siho.
12- En chino, Shenxi.
13- "País del sur": se refiere a la parte sur del imperio Tang de China, en un momento de plena crisis y guerra civil.
14- Mondo: literalmente "pregunta-respuesta", las preguntas del discípulo y las respuestas del maestro que tienen lugar en un encuentro.
15- Caoqi o Cáoxí, en chino.
16- En chino son los emperadores Xuanzong, Suzong y Daizong, de la dinastía Tang, y que vivieron en el siglo VIII.
17- Bonnō: aflicciones mentales (sc. Klesha). Estados no saludables de la mente que vician todas las acciones o son las causas fundamentales del sufrimiento humano. Las tres principales aflicciones son la codicia / deseo / anhelo (jp. ton), la ira / odio (jp. jin), y la ilusión / ignorancia / estupidez (jp. chi).
18- Animal fantástico procedente de la mitología india, mitad humano mitad ave, enemigo de los nagas (dioses serpientes / dragones). Aparecen varias veces en cuentos y en la mitología búdica.
19- Tao-hsien o Daoxian (jp. Dosen), monje budista, maestro de la escuela Tiantai china.
20- La escuela Ritsu es en China, escuela del Vinaya, y el maestro Ganjin es en chino Jianzhen.
21- En chino Daman Hongren, el 31º. Patriarca.
22- Como la función de la tintura es la de transformar el color, el poema de Dōgen impregna el cuerpo y el espíritu.
23- Década de los años 1970-80.
24- Se refiere al kami Inari, una de las divinidades sintoístas más célebres, con poderes para curar.
25-Literalmente, "sólo sentarse".
26- Shanavasa, en japonés Shōnawashu.
27- Preceptos.
28- Shuyu Narita (1914 a 2004), antiguo discípulo de Kodo Sawaki, de quien recibió el siho. Amigo de Deshimaru, fue abad de Toden-ji (prefectura de Akita, Japón).
29- Templo budista de Japón.
30- Literalmente "más allá del pensamiento".
31- Príncipe Shotoku (574-622), introductor del budismo en Japón.
32- Los que escuchan la enseñanza del Buda y alcanzan la Iluminación, el satori en japonés.
33- Chiko es el monje budista indio Jnanaprabha ("el que tiene un sabio discernimiento radiante").
34- Escuela de la Tierra Pura, en japonés Jōdo.
35- Diez Preceptos: 1. No matar seres vivos: 2. No robar; 3- No llevar una conducta sexual incorrecta; 4. No usar palabras falsas; 5. No consumir alcohol ni drogas; 6. No difamar a los demás; 7. No jactarse de uno mismo y despreciar a los demás; 8. No ser avaro con el Dharma ni con las cosas materiales; 9. No dar lugar a la ira; 10. No despreciar los Tres Tesoros.
36- Noúmeno = la cosa en sí, es decir: la cosa en su existencia pura independientemente de cualquier representación.
37- Shomu (701-756).
38- "Cuerpo y espíritu abandonados; abandonando cuerpo y espíritu".
39- Furong Daokai, 18º patriarca chino del Zen.




BIBLIOGRAFÍA

Le Livre du Kesa. Taisen Deshimaru
Editado por la Asociación Zen Internacional (AZI), París, 1986



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